He pensado que voy a poner un apartado de la historia de Covarrubias, pues bastantes clientes me preguntan sobre ella y que de dónde viene el nombre de Doña Sancha por lo que voy a contar la vida de Infantas y Reinas que han vivido en Covarrubias, pues la verdad que este pueblo a aparte de ser bonito tiene su historia que es muchísima, así que invito que vengais a las visitas guiadas que se hacen desde la oficina de turismo todos los días y que explican muy bien la historia de Covarrubias así como visitar el múseo de la Ex-colegiata donde pueden visitar el tríptico de la adoración de los Reyes Magos, las tumbas de las infantas ,entre otras obras importantes, que otro día dedicaré al museo.
Urraca Fernández de León
(?, 925 - Covarrubias, Burgos, 965) Reina de León y Asturias, esposa de Ordoño III. Era hija del conde de Castilla, Fernán González. Su boda con el heredero del trono leonés, en el año 946, formó parte de los acuerdos entre su padre y el rey Ramiro II, hijo de Ordoño, para poner fin a las desavenencias entre la monarquía asturleonesa y el condado de Castilla, que habían sido frecuentes en los tiempos pasados.
Urraca se trasladó a vivir a León, con el resto del séquito regio, y pasó a ser reina en el año 950, cuando Ramiro II abdicó en favor de su hijo Ordoño.
El reinado de Ordoño comenzó mal desde el principio, pues la aristocracia leonesa, dirigida por su hermano Sancho (que le sucedería en el trono) y su tío García, rey de Navarra, comenzó a conspirar para arrebatarle el trono. Las fuentes no son demasiado claras al respecto, pero parece que el padre de doña Urraca, el conde Fernán González, también intervino en el suceso, para desgracia de su hija. Cuando Ordoño descubrió la conspiración y la defenestró, hacia el año 951, se volvió iracundo contra la acción del conde castellano y decidió repudiar a doña Urraca.
Ésta volvió a Castilla y se instaló en la villa burgalesa de Covarrubias, donde fundó el monasterio de los Santos Cosme y Damián. Allí permaneció durante unos meses, ya que de nuevo Fernán González juró fidelidad a Ordoño III y el monarca asturleonés admitió de nuevo a la reina Urraca a su lado. Allí permaneció hasta el año 955, en el que falleció su marido y fue sucedido por su hermano Sancho, al que apodaban el Craso.
El carácter de doña Urraca, poco dado a las festividades palaciegas y a las conspiraciones cortesanas, hizo que definitivamente volviese a Castilla, al monasterio fundado por ella en Covarrubias, donde vivió hasta su fallecimiento, en 965. Su sobrina Urraca García, hija de Garci Fernández, continuaría la labor de mecenazgo sobre el monasterio de los Santos Cosme y Damián.
1ª INFANTA COVARRUBIAS- Urraca García
(?, hacia 960- Covarrubias, Burgos, hacia 1032) Infanta de Castilla dedicada a la vida religiosa y vinculada a la orden de San Benito. Era hija del conde de Castilla, Garci Fernández, y nieta por tanto del primer conde, Fernán González. Desde joven sintió la vocación religiosa, por lo que entró en contacto con el entonces monasterio dúplice de los Santos Cosme y Damián, fundado por su tía, la reina Urraca, en Covarrubias.
En el año 972, el conde Garci Fernández decidió crear el infantado de Covarrubias para Urraca, lo que significó poner en disposición de su hija la administración de un rico territorio. A pesar de ello, Urraca prefirió hacer de Covarrubias un señorío eclesiástico, pues tomó el hábito en 978, en una ceremonia a la que asistieron todos los personajes importantes del reino, tanto laicos como eclesiásticos, incluido el obispo de Burgos, que fue quien ofició la ceremonia.
Desde este momento, Urraca se convirtió en la principal consejera de su padre, al tiempo que administraba prósperamente el infantado de Covarrubias; contribuyó decisivamente a hacer del monasterio de los Santos Cosme y Damián uno de los centros espirituales más destacados en la Castilla de la época.
Su labor como consejera fue mucho más importante durante el gobierno de su hermano, el conde Sancho García (990-1022), y también en el de su sobrino, el efímero conde García Sánchez (1017-1029), dada la inestabilidad con que se inició su acceso al título condal, que hizo necesario que la otra hermana de Urraca, doña Mayor, esposa del rey navarro Sancho el Mayor, se hiciera cargo de la regencia de Castilla.
En agradecimiento a la labor de ambas mujeres, García Sánchez visitó a su tía Urraca en Covarrubias durante la primavera de 1024, momento en que le otorgó una importante suma de dinero destinada a obras de mejora en la Colegiata de Covarrubias.
Los últimos documentos que mencionan a Urraca García con vida están datados en el año 1032, pero no se sabe con exactitud cuándo falleció.
Su muerte está envuelta en la leyenda: asesinada tras ser encerrada en la torre llamada de doña Urraco o de Fernán González. De su muerte violenta se hacen eco, tanto los "Anales Castellanos Segundos" como los "Complutenses" y los "Toledanos". Lacónicamente los "Anales Castellanos" dicen: "Era MLXXVII, ociderunt comitissam Urracha in Covarrubias". ( en el año 1039 mataron a la condesa Urraca en Covarrubias).
Fue sepultada debajo del altar mayor de la Colegiata de Covarrubias, donde todavía hoy puede observarse su humilde sepulcro.
Urraca Fernández de León
(?, 925 - Covarrubias, Burgos, 965) Reina de León y Asturias, esposa de Ordoño III. Era hija del conde de Castilla, Fernán González. Su boda con el heredero del trono leonés, en el año 946, formó parte de los acuerdos entre su padre y el rey Ramiro II, hijo de Ordoño, para poner fin a las desavenencias entre la monarquía asturleonesa y el condado de Castilla, que habían sido frecuentes en los tiempos pasados.
Urraca se trasladó a vivir a León, con el resto del séquito regio, y pasó a ser reina en el año 950, cuando Ramiro II abdicó en favor de su hijo Ordoño.
El reinado de Ordoño comenzó mal desde el principio, pues la aristocracia leonesa, dirigida por su hermano Sancho (que le sucedería en el trono) y su tío García, rey de Navarra, comenzó a conspirar para arrebatarle el trono. Las fuentes no son demasiado claras al respecto, pero parece que el padre de doña Urraca, el conde Fernán González, también intervino en el suceso, para desgracia de su hija. Cuando Ordoño descubrió la conspiración y la defenestró, hacia el año 951, se volvió iracundo contra la acción del conde castellano y decidió repudiar a doña Urraca.
Ésta volvió a Castilla y se instaló en la villa burgalesa de Covarrubias, donde fundó el monasterio de los Santos Cosme y Damián. Allí permaneció durante unos meses, ya que de nuevo Fernán González juró fidelidad a Ordoño III y el monarca asturleonés admitió de nuevo a la reina Urraca a su lado. Allí permaneció hasta el año 955, en el que falleció su marido y fue sucedido por su hermano Sancho, al que apodaban el Craso.
El carácter de doña Urraca, poco dado a las festividades palaciegas y a las conspiraciones cortesanas, hizo que definitivamente volviese a Castilla, al monasterio fundado por ella en Covarrubias, donde vivió hasta su fallecimiento, en 965. Su sobrina Urraca García, hija de Garci Fernández, continuaría la labor de mecenazgo sobre el monasterio de los Santos Cosme y Damián.
1ª INFANTA COVARRUBIAS- Urraca García
(?, hacia 960- Covarrubias, Burgos, hacia 1032) Infanta de Castilla dedicada a la vida religiosa y vinculada a la orden de San Benito. Era hija del conde de Castilla, Garci Fernández, y nieta por tanto del primer conde, Fernán González. Desde joven sintió la vocación religiosa, por lo que entró en contacto con el entonces monasterio dúplice de los Santos Cosme y Damián, fundado por su tía, la reina Urraca, en Covarrubias.
En el año 972, el conde Garci Fernández decidió crear el infantado de Covarrubias para Urraca, lo que significó poner en disposición de su hija la administración de un rico territorio. A pesar de ello, Urraca prefirió hacer de Covarrubias un señorío eclesiástico, pues tomó el hábito en 978, en una ceremonia a la que asistieron todos los personajes importantes del reino, tanto laicos como eclesiásticos, incluido el obispo de Burgos, que fue quien ofició la ceremonia.
Desde este momento, Urraca se convirtió en la principal consejera de su padre, al tiempo que administraba prósperamente el infantado de Covarrubias; contribuyó decisivamente a hacer del monasterio de los Santos Cosme y Damián uno de los centros espirituales más destacados en la Castilla de la época.
Su labor como consejera fue mucho más importante durante el gobierno de su hermano, el conde Sancho García (990-1022), y también en el de su sobrino, el efímero conde García Sánchez (1017-1029), dada la inestabilidad con que se inició su acceso al título condal, que hizo necesario que la otra hermana de Urraca, doña Mayor, esposa del rey navarro Sancho el Mayor, se hiciera cargo de la regencia de Castilla.
En agradecimiento a la labor de ambas mujeres, García Sánchez visitó a su tía Urraca en Covarrubias durante la primavera de 1024, momento en que le otorgó una importante suma de dinero destinada a obras de mejora en la Colegiata de Covarrubias.
Los últimos documentos que mencionan a Urraca García con vida están datados en el año 1032, pero no se sabe con exactitud cuándo falleció.
Su muerte está envuelta en la leyenda: asesinada tras ser encerrada en la torre llamada de doña Urraco o de Fernán González. De su muerte violenta se hacen eco, tanto los "Anales Castellanos Segundos" como los "Complutenses" y los "Toledanos". Lacónicamente los "Anales Castellanos" dicen: "Era MLXXVII, ociderunt comitissam Urracha in Covarrubias". ( en el año 1039 mataron a la condesa Urraca en Covarrubias).
Fue sepultada debajo del altar mayor de la Colegiata de Covarrubias, donde todavía hoy puede observarse su humilde sepulcro.
Tumbas de las Infantas, siglo XII, estan en el altar de la Colegiata. En el centro, doña Urraca, hija del Conde fundador Garcí Fernandez.
2ª INFANTA DE COVARRUBIAS -Urraca Fernández
(1033 - 1101) Infanta de Castilla. Era hija de Fernando I de Castilla y de Sancha I de León. La figura que ha trazado de ella la historiografía castellana resulta extremadamente controvertida y aparece por completo teñida de elementos legendarios.
El testamento de Fernando I (muerto en 1065) entregó a Urraca y a su hermana Elvira sendos infantazgos que incluían el patronato sobre los principales monasterios de León y Castilla, a fin de que se mantuvieran con sus rentas hasta que contrajeran matrimonio. No existe ningún indicio histórico de que Urraca recibiera, además, el señorío sobre la ciudad de Zamora, a la que ha quedado para siempre ligado su personaje. En cambio, se sabe que obtuvo como dotación a la muerte de su padre los derechos señoriales sobre Covarrubias, Santa Eugenia, Villas Ermegildo y Albín. La condición testamentaria de que las infantas disfrutaran de estas riquezas únicamente mientras permanecieran solteras, influyó sin duda en el hecho de que ninguna de ellas llegara a casarse.
El testamento de Fernando I iba a ser causa de graves discordias entre sus hijos varones, y en estas disputas desempeñaría un papel decisivo la infanta Urraca. En efecto, Fernando I dispuso el reparto de sus reinos entre sus tres hijos varones: Sancho recibió Castilla; Alfonso, León, y García, el reino de Galicia.
Pero tanto Alfonso VI como Sancho II deseaban mantener unidos los reinos bajo un solo mando. Sancho estaba decidido a revocar el testamento de su padre, invocando el derecho exclusivo de sucesión que le asistía como primogénito. La creciente tensión entre Sancho y Alfonso culminó en la batalla de Llantada, en julio de 1068, cuyo resultado fue indeciso.
En 1071, Alfonso VI y Sancho II acordaron despojar a su hermano García de Galicia. Pero Sancho se apropió del título real, lo que fue origen de una nueva crisis. Ambos hermanos acordaron dirimir sus disputas en un único encuentro, el riepto de Golpejera. Alfonso VI fue derrotado y enviado prisionero al castillo de Burgos, mientras Sancho se hacía coronar rey en León.
Con ello quedaba anulado el testamento de Fernando I, en beneficio del mayor de sus hijos. En este momento intervino Urraca Fernández. Desde el inicio de las luchas sucesorias, Urraca se había decantado a favor de su hermano Alfonso, en cuya corte leonesa residía junto a su hermana Elvira y su madre, doña Sancha.
Según las crónicas, Urraca sentía una apasionada predilección por su hermano Alfonso, que la llevó a intervenir en política para asegurar su triunfo sobre Sancho II. La infanta trató de mediar entre sus hermanos y rogó a Sancho que liberara a Alfonso, a lo que aquél accedió, no sin antes hacerle prestar juramento de fidelidad. Alfonso marchó exiliado a su reino vasallo de Toledo, donde permaneció ochos meses, según las crónicas, durante los cuales Urraca preparó su restablecimiento en el trono.
A fines del verano de 1072, Urraca conspiró desde Zamora -ciudad que pertenecía al condado de Pedro Ansúrez, su principal colaborador político-, con la intención, al parecer, de promover una revuelta generalizada del reino leonés contra Sancho II. El rey acudió con sus huestes y puso cerco a las formidables murallas de Zamora. Pero el 7 de octubre de 1072, un caballero zamorano, de nombre Vellido Adolfo o Dolfos, se introdujo en el campamento de los sitiadores e hirió de muerte al rey.
Esta tradición en torno al asesinato de Sancho II parece en su mayor parte apócrifa y posiblemente deba su origen a la propaganda antileonesa de la monarquía castellana del siglo XII, época en que quedaron fijados los poemas y crónicas que desarrollan este tema. En cualquier caso, la desaparición de Sancho II puso fin al cerco de Zamora y dejó a Alfonso VI el camino expedito para la dominación de los tres reinos de su padre.
Mientras los castellanos se retiraban, Urraca mandó llamar a Alfonso para que se apresurara a reclamar sus derechos sucesorios. Alfonso acudió a Zamora, donde se reunió con los magnates leoneses, gallegos y portugueses que habían apoyado la rebelión. Desde allí partió hacia León, donde celebró una curia extraordinaria -a la que también asistió Urraca- y reclamó la totalidad de la herencia de Fernando I. Sin embargo, pesaba sobre él la sospecha del fratricidio, por lo que, según la tradición, algunos nobles castellanos (entre ellos, Rodrigo Díaz de Vivar) le exigieron que jurara no haber participado en la muerte de Sancho II.
Entretanto, García había regresado a Galicia, considerando que el nuevo cariz de los acontecimientos le permitiría recuperar su reino. Al parecer, Urraca aconsejó a Alfonso que tendiera una celada a su hermano menor. En efecto, en febrero de 1073 García y Alfonso VI mantuvieron una entrevista, en cuyo transcurso el primero fue apresado y posteriormente encerrado en el castillo de Luna, donde moriría en 1090. Alfonso VI quedó así como dueño y señor de Castilla, León, Asturias, Galicia y Portugal.
Aunque resulta difícil estimar el papel que desempeñó Urraca Fernández en estos acontecimientos oscuros, es indudable que la infanta ejerció una gran influencia sobre Alfonso VI, muy superior a la de las esposas de éste, Constanza y Berta. Es posible que fuera el propio Alfonso quien entregara el dominio sobre Zamora a Urraca tras la muerte de Fernando I, con el tratamiento de reina, y parece probado que la infanta intervino activamente en política al menos hasta 1095.
Sin embargo, su biografía aparece desvirtuada por el mito. La tradición no sólo la hace responsable del asesinato de su hermano mayor -que beneficiaba principalmente a Alfonso VI-, sino que también le atribuye otros comportamientos indignos: según otra leyenda, Urraca habría estado rendidamente enamorada de Rodrigo Díaz de Vivar, y habría sido el despecho de la infanta la causa de las vejaciones que sufrieron éste y su esposa durante el reinado de Alfonso VI.
La Historia Silense, en cambio, pinta a Urraca Fernández como una mujer piadosa cuya vida fue ejemplar, salvo el episodio de la revuelta contra Sancho II. La infanta pasó sus últimos años en retiro conventual. Fue enterrada a su muerte, acaecida cuando contaba 68 años, en el monasterio de San Isidoro de León.
Casa de doña Sancha siglos XIV-XV
3ª INFANTA DE COVARRUBIAS- Sancha de Castilla
(1102-1159) Hija de la Reina Urraca de Castilla y Raimundo de Borgoña, hermana del Emperador Alfonso VII.
Favorecedora como sus antecesoras del Infantado otorgó fuero a la villa en 1148, este fué uno de los actos de mayor trascedencia del gobierno de doña Sancha. En torno al monasterio había surgido el núcleo de Covarrubias y otras aldeas próximas. Con el fin de favorecer la expansión de la villa, la Infanta cede parte de sus derechos señoriales que pasan a la autoridad municipal. Atraidos por los nuevos privilegios contenidos en el fuero: heredad propia, libertad de pastos para los rebaños sin pagar herbático, exención de peajes y portazgos, aprvechamiento de montes, etc, se despueblan las aldeas cercanas de Cerezuleos, Valdera, Mecerreyuelo, Redonda, la Duguilla y Mamblas, incorporándose sus pobladores a Covarrubias.
Asistimos al nacimiento de la autonomía municipal de la villa. En otro apartado hablaré mas del infantado de Covarrubias y sus abades.
Además se atribuye a doña Sancha en enero de 1159 la fundación de una alberguería para pobres en Covarrubias. Y es probable que por estos años se reconstruyera la iglesia del monasterio de San Cosme y San Damián, cuyos vestigios románicos existentes en el claustro y capiteles conservados, se remosntan al siglo XII.
Murió en el año 1159 y está seputada al lado de la Infanta Urraca en la Colegiata. Posteriormente y por decisión de los reyes de Castilla el gobierno del extenso señorío pasó a los abades del Monasterio de San Cosme y San Damián.
Bibliografia: http://www.biografiasyvidas.com/ y libro "Covarrubias" de Juan Ruiz Carcedo
Espero os haya gustado saber un poco más de la historia de las infantas de Covarrubias y de la villa en sí y que espeo ir añadiendo en otros apartados, si teneis algun comentario que hacer sobre ello agradecería me lo puesierais.